Nos hemos ido de workation a la Axarquía

¿Alguien sabe cómo se lleva una agencia? Esta es una cuestión que lleva un tiempo rondando por la cabeza de Javi y algo que ha querido poner en común con el resto del equipo de Disruptivos.

Para ello, nos fuimos todos de vacaciones, o eso pensábamos algunos.

Lo que nos esperaba no era otra cosa que un workation, unas «vacaciones» en las que salir de la oficina (o viajar desde Galicia en mi caso) nos serviría para poner sobre la mesa temas importantes del trabajo, pero que con el día a día resulta más complicado hacerles el caso que merecen.

Así fue nuestro finde disruptivo

Nuestra base de operaciones estuvo en las montañas de la comarca de La Axarquía, concretamente, en una casita en las afueras de Canillas de Albaida, un pequeño municipio situado en las laderas de las sierras de Tejeda y Almijara.

Durante tres noches y cuatro días, no solo aprovechamos para conocer el entorno y poner a prueba nuestras dotes culinarias… Sino que también tuvimos la oportunidad de conocernos un poquito más entre todos…

Y esto es la clave de esta historia: la parte más «work» del workation.

Pero esto no va de workaholics

En Disruptivos, además de llevar en nuestro ADN el ser nómadas digitales, somos un equipo en el que ser tan diferentes (tal y como descubrimos con este test de personalidad) hace que cada uno de nosotros forme una pieza fundamental de este puzzle.

Menos mal que Javi llevaba los deberes muy bien hechos. Hablamos sobre temas tan fundamentales como el saber de dónde venimos, en qué momento nos encontramos y hacia dónde nos dirigimos en este barco.

Por eso resultaba tan importante conocer quienes somos y cómo encajamos dentro de este proyecto que es Disruptivos.

Hicimos diferentes ejercicios, repartimos tareas y establecimos responsabilidades para mejorar tanto como personas, como en nuestro trabajo.

Ser responsable y profesional con nuestros compañeros consigue mejores resultados

Pero bueno, no todo iba a ser exprimir el cerebro.

También hubo tiempo para darnos baños en la piscina, darle a las palas y de disfrutar de algún que otro juego nocturno gracias a nuestro activista Josema.

Tampoco nos pudimos ir sin conocer los pueblos blancos más destacados de la zona. Sin duda una ruta más que recomendable por los principales pueblos múdejar de la Axarquía:

 

Gracias a Antonia y Axarguías por acercarnos más a nuestra historia, mostrando los secretos y reliquias de otros tiempos en lugares como Árchez, Salares y Canillas del Aceituno.

panoramica salares
Descubriendo Salares

Pero si hay algo que se nos dió bien, eso fue comer…

¿Qué decir de la comida? Hemos probado y degustado de todo: desde un cuscús moruno del Venta el Molino con el que Violeta y yo soñaremos durante años, hasta el chivo más tradicional de La Sociedad.

Aunque no todo fue comer fuera. Ya comentaba al principio que también pusimos a prueba nuestras habilidades en la cocina. Josema y Jose Luís estuvieron literalmente con las manos en la masa:

Y yo me encargué de la parte más y menos vegetariana:

Estamos llenos de energía

Puede que a primera vista no lo parezca, pero este ha sido un viaje realmente productivo. Volvemos a la oficina con las ideas más claras que nunca.

Ahora toca poner en marcha todo lo aprendido.

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Mauro D.
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