«No me gusta», el botón que Facebook nunca implementará

Ya hemos visto varias veces virus y fakes que anuncian que la famosa red social ha implementado por fin el botón «No me gusta», algo que muchos usuarios creen debido a que lo ven algo lógico. «¿Si puedo decir que me gusta algo, cómo no me permiten señalar lo que no me gusta?» La implementación de esta función es algo que nunca llega pero que mucha gente da por segura, sobre todo con la cantidad de cambios que Facebook introduce en su sistema prácticamente a diario. Yo, sin embargo, doy por hecho que nunca lo creará.

Hace unos días charlaba animadamente con un amigo, el cuarto de mis allegados que había decidido «borrarse» del Facebook recientemente.

Es de todos sabido que mucha gente está empezando a saturarse por la cantidad de información, actualizaciones, novedades y SPAM que reciben a diario en su timeline, por no hablar de la sensación de «privacidad perdida» que ahora, de repente, aparece en aquellos que libremente han compartido sus pensamientos, sus fotos e incluso su información personal o laboral hasta hace muy pocas fechas, sin preocuparse lo más mínimo de la sección de «configuración de privacidad» de su cuenta.

Ante lo complejo de controlar cómo quieres compartir tu información entre tus contactos una vez que tienes cientos de ellos, muchos optan por la vía rápida: borro mi cuenta y el que quiera que me busque.

El control de la privacidad es algo imprescindible para un buen uso de cualquier red social y es el primer parámetro que debemos controlar. Tú y solo tú deberías decidir lo que compartes y con quién lo compartes, así que fíjate bien en lo que haces. Este amigo me comentaba como Facebook «está idiotizando a la gente», y me argumentaba cómo han cambiado los hábitos sociales y las relaciones interpersonales con el auge del caralibro. Gente que actualiza sus estados con cosas «que me importan una mierda», personas que se enfadan porque «no le das a me gusta» y situaciones similares habían acabado por cansarle y ya solo podía pensar en Facebook como la encarnación del diablo.

Tras explicarle como solucionar sus problemas de privacidad y puntualizar lo bueno de una herramienta como esa (conexión, promoción, marketing, contacto), decidió dejar su perfil y agregar solamente personas muy allegadas, controlando perfectamente su privacidad desde el principio.

Fue ahí cuando empezamos a hablar de la capacidad «adictiva» que posee la red social, de cómo los usuarios se «enganchan» literalmente y pasan horas y horas conectados, siendo espectadores de lo que los demás publican, hacen o dicen hacer. Cualquiera puede sucumbir a una lluvia de información sobre sus personas más cercanas: es como el Gran Hermano, un escaparate que alimenta ese espíritu marujil que todos llevamos dentro. Un programa de telerrealidad que engancha a millones de espectadores de un país entero y que lo único que aporta es la sensación de despojar a individuos por completo de su privacidad: 24 horas en directo en televisión. Facebook te ofrece lo mismo: 24 horas en directo de la privacidad de tus amigos. Eso es lo que engancha a tanta gente, tu página de inicio en Facebook es un canal de TV emitiendo continuamente Gran Hermano. Por supuesto, también hay anuncios.

Ejemplos de que la privacidad de los demás es el tipo de información que más adicción provoca los tenemos muy diferentes: telenovelas, prensa rosa, patios de marujas… ¿Pero cómo es posible que haya tanta gente compartiendo información a todas horas?

Aquí las explicaciones pueden ser varias pero, independientemente de que nuestra situación actual sea la de desconfianza, falta de ilusión, desencanto, apatía… y todas las connotaciones negativas que está suponiendo esta crisis mundial para una población cuya franja de edad coincide con la de la mayoría de usuarios de Facebook, los humanos siempre hemos tenido la necesidad de sentirnos, en mayor o menor medida, queridos, apreciados, respetados… Facebook ofrece un servicio de consuelo para todos aquellos faltos de estima hoy día: tienes a todos tus amigos cerca, te dicen lo que hacen, te invitan a eventos, te enseñan las fotos de su último viaje… y tú solo tienes que estar ahí para agradecérselo con un «me gusta».

No solo eso. Ellos pueden hacer lo mismo por ti.

Un comentario gracioso, una actualización interesante, una foto sugerente… ¿qué es lo que conseguirá que más gente te diga que «le gustas»? ¿Cómo de bien sienta gustarle a alguien? Los usuarios que más horas pasan en Facebook (sin objetivos profesionales) posiblemente sean aquellas personas con carencias afectivas y el botón «Me gusta» es una especie de calmante emocional para los momentos más bajos. Es tan fácil engancharse al principio… muestras de afecto de tus allegados que de otra forma no recibirías. ¿A quién no le agrada eso?

Hasta yo mismo he pasado el día de mi cumpleaños respondiendo, uno a uno, a todos los que me ha felicitado… Esto, inequívocamente, nos lleva a la conclusión inicial: Facebook nunca implementará un «No me gusta». ¿Que sentirías al saber que a la gente «no le gusta» lo que publicas? Lo que publicas, en Facebook, es lo que eres. ¿Cuánto tiempo pasarías en un sitio en el que tus personas más allegadas, las de tu círculo de confianza, te están diciendo lo que no les gusta de tí?

Creo que la respuesta es bastante sencilla.

Actualización:

visto en un perfil de mi timeline… «NECESITO UN ABRAZO!!! Para abrazarme, por favor, hacé click en Me gusta, después copialo y compartilo en tu muro. Probablemente ya sepa quién me va a abrazar. Acordate de que una vez que ponés Me gusta, tenés que copiarlo y pegarlo en tu muro, para que puedas abrazarme. Va a ser interesante ver cuántos amigos te van a abrazar. Los abrazos son geniales, son medicinales, no seas tímid@!!!!!!!!!!ANIMATEEEEE!!!!!!;)»

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Disruptivos Fernández Fernández

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